Tras meses de trabajo de coordinación y organización de la Asociación Vecinal Miengo en Transición en colaboración con Ecologistas en Acción Cantabria y el Velero Diosa Maat, el pasado jueves 26 de julio, el velero surcó el litoral del municipio de Miengo, mientras más de 70 personas hicieron la ruta por tierra.
Os dejamos este artículo con lo que dio de sí, esta interesante jornada, de la mano de nuestra compañera, la concejala de EQUO Miengo, Sara Gómez:
La jornada lúdica, didáctica y reivindicativa, a la que también han acudido miembros de las Asociaciones Centinelas y Costa Quebrada, ha consistido en una puesta en valor de la gran belleza del litoral del municipio de Miengo, así como de su fragilidad y necesidad de protegerlo. Para todas las organizaciones que han participado en esta actividad, el emisario submarino de Solvay sigue siendo la mayor agresión que sufre el Parque Natural Costa Quebrada, vertiendo en sus aguas más de 43.000m3 diarios de distintos materiales como cloruro cálcico, amoniaco, metales pesados… a una temperatura que varía el PH de las aguas y afecta a la flora y fauna marina, se producen fugas…
Durante el recorrido se hicieron numerosas paradas para informar de los distintos atentados medioambientales de la zona. El primero, el ya olvidado o desconocido para la ciudadanía, fue la masiva extracción de arena en la zona de Cuchía, conocida como los Arenales, donde empresas como Emilio Bolado o Solvay se llevaron miles de toneladas de arena hasta dejar un pedregal, así como el hecho de que Solvay, arrasó con el mayor yacimiento arqueológico de Cantabria y la destrucción de la Cueva de La Pila.
Por otro lado, se habló del Plan General de Ordenación Urbana del Municipio, hecho con formas absurdas para dar cobertura a intereses urbanísticos y se pidió estar vigilantes a los Planes Parciales que penden sobre la zona, como el del Palacio Somo con unas 105 viviendas, o la zona semi urbanizada, con alcantarillado y luz, a escasos metros de la costa, en la zona aledaña a la playa de La Cercá, comúnmente conocida como la playa del Huevo Frito en Cuchía.
Otra parada fue para enseñar el lugar donde aún yace la draga que se hundió el pasado mes de mayo y que acabó vertiendo parte de su combustible y aceites a escasos 500 metros de las Islas de los Conejos, dentro de la zona protegida por Red Natura 2000 y con los consiguientes daños para el Paiño Europeo y Cormorán Moñudo, que tienen en estas Islas su lugar de reproducción y nidificación.
Entre las personas asistentes, la concejala de EQUO Miengo, Sara Gómez, quien centró la atención en la empresa química Solvay y la impunidad con la que pervive
. Desde EQUO se han presentado varias denuncias a Dirección General de Costas en Cantabria, Consejería de Medio Ambiente y otras Consejerías por las supuestas irregularidades medioambientales graves que se están cometiendo en el municipio de Miengo, sin tener en cuenta además, el agravante de estar inmersos en el Parque Natural Costa Quebrada. Entre ellas la más flagrante es el emisario submarino de Solvay que hace sus vertidos industriales a escasos 700 metros de la playa más cercana y en mitad del Parque Natural, los reiterativos vertidos de aguas fecales en la Playa de Usil y Pueblo del Sol en Mogro, la extracción de arena de la playa de Usgo por parte del propio Ayuntamiento.

Sara Gómez, recuerda que Solvay en Cantabria, en aras de los puestos de trabajos, tiene carta blanca para contaminar con el beneplácito de todas las administraciones y además, recalca, que a Solvay le sale barato: “por una concesión, que se alargaría hasta el 2031, de ocupación de casi 10.000m2 de Dominio Público Marítimo Terrestre, así como por los vertidos antes mencionados, Solvay se lava las manos por unos míseros 43.000€ anuales que en nada repercuten en medidas medioambientales que palien los daños que hace”.
También recordó la situación de amenaza en la que se encuentra el municipio de Miengo, ya que sigue siendo candidato a ser la ubicación de la macro depuradora de Vuelta Ostrera, con emisario submarino de aguas residuales de más de 250.000 personas que, de nuevo, vertería en el Parque Natural Costa Quebrada por un lado, mientras que la instalación de la depuradora, que ocuparía el equivalente de unos 8 campos de fútbol, haría peligrar el singular paisaje de humedales con la flora y fauna que alberga, resultado de una gran inversión de recuperación ambiental.

“Todos los municipios contiguos a la empresa química Solvay estamos a la voz de ordeno y mando de Solvay, se la trata como si tuviese carta blanca, dándole todas las facilidades posibles y mirando para otro lado cuando contamina. En Polanco, el municipio vecino, se ponen por delante los intereses de Solvay, por encima de los de las vecinas y vecinos, se van a arrasar campos de gran valor agrológico, que pasan entre las casas para hacer un vial para que Solvay pueda llevar sus residuos para rellenar sus pozos, fuente económica de dicha empresa y en lo que se están echando las escorias de su propia producción así como restos de derribos, incluidos elementos de amianto; se les permite utilizar como vertedero la Isla de Monti, la mal llamada Isla de Solvay, en mitad de la Ría San Martín de la Arena, donde se acumulan metales pesados y supuestos materiales que se desconocen, que podrían genera un desastre ecológico, similar al del Aznalcóllar.
La jornada acabó con una gran comida a la que asistieron numerosas vecinas y vecinos, así como miembros de Miengo en Transición, EQUO y Ecologistas en Acción.