¡Defender los Derechos Humanos no puede ser delito!
Cloti Cuéllar, coportavoz de EQUO Madrid, escribe una interesante reflexión sobre el caso de la activista, investigadora y experta en migraciones, Helena Maleno, quien hoy, comparece ante un Juez en Marruecos por haber salvado cientos de vidas de morir en el Estrecho:
<Tomémonos hoy unos minutos para ponernos en el lugar de nuestra compatriota y ojalá que esa reflexión nos lleve a la acción solidaria. La investigadora experta en migraciones y Derechos Humanos, Helena Maleno, va a tener que declarar hoy ante la justicia marroquí por un Informe cuya autoría parece que es responsabilidad de España y que, a pesar de haber sido desestimado por los Tribunales de nuestro país, no sabemos cómo, ha llegado a la autoridad judicial marroquí. Ese Informe busca relacionar a Maleno con las mafias, cuando lo que ella hace es avisar a Salvamento Marítimo de que niñas, niños, jóvenes y adultos están en riesgo de morir ahogados por el hundimiento de sus pateras en el Mediterráneo. Yo también avisaría, ¿y tú?
Varios partidos españoles se juntaron hace unos años para reformar la ley de tal modo que se dificultara en la práctica el principio de jurisdicción universal, que se dificultara la persecución por España de crímenes internacionales. ¿Se acuerdan? Ahora parece que los mecanismos de relación con las autoridades judiciales de otros países se han engrasado pero… para perseguir a defensoras y defensores de los Derechos Humanos. Impresionante paradoja en un país, España, que algunos se empeñan en mostrar ante el exterior cada vez más burdo, egoísta y deshumanizado.
En esa visión que tienen las élites de que hay vidas de primera y vidas de segunda categoría, donde su avaricia sin límites expulsa a familias enteras al mar, molesta incluso que haya otras personas que quieran salvar a quienes consideran iguales, denunciando la vulneración de los Convenios Internacionales de Derechos Humanos que a la Humanidad tanto le ha costado conseguir. Es evidente que en los regímenes neoliberales la Declaración de 1948 molesta cada vez más.
Pero la buena noticia es que como ciudadanía sabemos lo que hay que hacer: denunciar ese tipo de políticas y prácticas y solidarizarse con víctimas y activistas de manera efectiva. Porque el silencio o la parálisis, nos envilece. Como sociedad ¿vamos a tolerar que se criminalice a las personas que defienden la vida de los demás?, ¿hasta qué punto se está degradando nuestra democracia?, ¿qué va a hacer ahora el Gobierno español y su Diplomacia, nuestro Presidente, con respecto al caso Maleno hoy, ahora?
Y no está mal recordarle al Gobierno los deberes pendientes para que cumpla con los compromisos que, en materia de personas refugiadas, España asumió en el 2015. Porque hasta ahora sólo se ha acogido a un 10% de la cuota que nuestro país tenía asignada, lo que nos coloca entre los Estados con mayor grado de incumplimiento.>