¡Brava, amiga feminista!
Dímelo de nuevo: “No calles la violencia”.
Escríbelo bien grande,
con letras en tinta lila:
“El silencio no nos protege” (Patricia K. Vergara)
Nos sumamos a los múltiples llamamientos a la sociedad en su conjunto para acabar con la peor expresión del patriarcado que supone la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres. Contra las Violencias Machistas, decimos ¡Basta, Ni una menos!
Hoy y todos los días, pedimos mayor implicación para acabar con las múltiples formas de violencia hacia las mujeres, TODAS las mujeres.
Violencias en todos los ámbitos y espacios de nuestras vidas, en el hogar, en nuestros lugares de trabajo y entorno laboral, en los espacios públicos, en las calles y los transportes públicos, en las instituciones, juzgados y comisarías, espacios donde deberíamos sentirnos seguras. En todos los espacios y en todos los ámbitos las violencias machistas nos atraviesan y acaban con nuestra libertad y con nuestras vidas, 93 mujeres asesinadas en lo que va de año.
Para los medios, las instituciones y la sociedad en su conjunto, acaban siendo cifras, minutos de silencio, lacitos negros o morados,…Pero son mujeres y criaturas asesinadas, con nombres y apellidos. Somos todas las mujeres las que vivimos bajo este yugo patriarcal que convierte el miedo en algo cotidiano desde niñas, cuando aprendemos que salir a correr, a dar un paseo, volver de noche a casa,…solas, puede suponernos la tortura o la muerte, impidiéndonos llevar una vida libre.
Como sociedad, tenemos una responsabilidad que va más allá de salir a la calle cada 25 de noviembre, que va más allá de ponernos lazos y medallas, más allá de estos infinitos minutos de silencio.
Por eso, nos unimos en este grito global en la denuncia contra las Violencias Machistas:
Contra la violencia física y psicológica. Una de cada tres mujeres en Europa sufre algún tipo de violencia machista.
Contra la violencia sexual que aumenta escandalosamente año tras año, y que se encuentra normalizada en la población juvenil. Las manadas que campan a sus anchas.
Contra la trata, la esclavitud del s. XXI España es el país de la Unión Europea con más esclavas sexuales.
Contra la mutilación genital femenina. Ninguna tradición que vulnere los derechos humanos contra las niñas y las mujeres del mundo.
Contra la violencia institucional y un Sistema Judicial patriarcal que nos desampara una y otra vez.
Una justicia sin medios suficientes que se muestra incapaz de proteger a las mujeres denunciantes. Tribunales que se convierten en espacios donde se cuestiona, se infravalora el riesgo de las mujeres y de sus hijos e hijas.
Se criminaliza a la mujer víctima de violencia machista. Instituciones que ponen en el dilema a las madres sobre si denunciar violencia familiar, y arriesgarse a perder la patria potestad de sus criaturas, dejándolas completamente desamparadas. Aun teniendo cifras escandalosas de menores asesinados por sus padres para hacer daño a sus exparejas. No nos cansamos de decirlo: ¡Un maltratador no puede ser un buen padre!
Debemos exigir medidas efectivas y que se implementen y se hagan cumplir las leyes ya existentes:
Que se cumplan los Convenios ratificados por España para alcanzar una sociedad equitativa, una igualdad real y efectiva entre los géneros, acabando así con los mitos, creencias y estereotipos que acaban generando en nuestro imaginario la justificación sobre la violencia machista.
Una educación en valores desde la infancia. Educación contra las violencias machistas en todos los ciclos educativos, para conseguir que no se normalice la violencia en la sociedad.
Pero también, formación adecuada para el profesorado, y para los colectivos profesionales que trabajan en juzgados, abogacía, cuerpo de policía, etc.
Responsabilidad a los medios de comunicación. Su función en la lucha contra las violencias machistas se hace imprescindible; las realidades que cuentan y el modo de contarlas. Es cada vez más necesaria la perspectiva de género para que no se trivialice, que no se ofrezca cobertura a maltratadores, violadores y negacionistas.
Sin un mayor compromiso real en todos los ámbitos, nunca acabaremos con la erradicación de esta pandemia mundial ignorada que son los Feminicidios y que suponen un ataque y la vulneración sistemática de los Derechos Humanos de las mujeres en el mundo.
¡No más silencios, no más cómplices,
nos queremos vivas, nos queremos libres!